En 1839, perseguido por sus acreedores, Richard Wagner escapa de Riga con su mujer Minna y su perro Robber y llega a Londres. El accidentado viaje por mar le inspiraría poco después la composición de El Holandés Errante.
Más tarde, tras arribar a París, Wagner buscó el apoyo de Giacomo Meyerbeer, quien le ayudó a presentar los primeros pasajes a Leon Pillet, director de la Ópera de París. Pillet quedó encantado con el borrador, que compró por 500 francos. Con los ingresos, Wagner pudo comprarse un piano con el que compondría la ópera completa.
La idea de Pillet era que el borrador sirviera de base para una ópera, encargando para ello al libretista Paul Focher (cuñado de Víctor Hugo) y al compositor Louis Dietsch. Esta versión francesa, que no es una simple versión de la ópera de Wagner, y que incluye el personaje de Satán, fue estrenada en París en 1842, un año antes que la versión definitiva de Wagner en Dresde. Precisamente Louis Dietsch sería el encargado de estrenar Tannhäuser en París dos décadas después, uno de los mayores escándalos musicales del siglo XIX.
Ahora, la ópera de Theater an der Wien acaba de representar “El buque fantasma o El mar maldito”, la versión francesa de la ópera de Wagner, con Marc Minkowski como director musical y Olivier Py en la escena. No obstante, quizá para atraer al público, el teatro vienés ha presentado la obra como Der fliegende holländer, de Richard Wagner.
diciembre 2015 |