Siempre que se habla de El Anillo de Nibelungo, de Richard Wagner, es frecuente caer en adjetivos superlativos. El compositor creó durante un cuarto de siglo una partitura de más de 15 horas de duración que requiere una treintena de solistas vocales, un coro y una orquesta que supera el centenar de músicos.
Para cualquier teatro su representación requiere años de preparación y muy pocos se atreven a representarlo completo en una misma temporada. En España, por ejemplo, hace décadas que no se hace, programándose habitualmente una jornada por temporada.
Pero parece que no hay nada imposible si se cuenta con el empeño suficiente. Un pequeño colectivo samoano afincado en Londres y denominado Gafa, que significa genealogía, acaba de representar El Anillo completo en cuatro sábados consecutivos en una pequeña iglesia de Putney, un barrio del municipio londinense de Wandsworth.
Samoa es una isla de Oceanía y uno de los países más pequeños de mundo, con cerca de 200.000 habitantes. Sani Muliaumaseali'i, un tenor de origen neozelandés, fundó en Londres el colectivo Gafa para dar visibilidad al arte y a la cultura de su región.
En 2019 pusieron en marcha “Sigfrido”, donde Muliaumaseali'i interpretó el rol titular. Fue con una orquesta reducida y semiescinificado, pero con la partitura escrita por Wagner completa.
Y si puedes hacer una jornada, puedes hacer cuatro.
El director Stephen Anthony Brown fue el encargado de dirigir la Rosenau Sinfonia, que el mismo fundó, en esta hazaña. Todos los cantantes van vestidos con ropas tradicionales de Samoa, y la propuesta escénica trata de relacionar la mitología wagneriana con la historia de la isla oceánica, su colonización por parte de occidente y sobre todo, con un suceso traumático. El 7 de noviembre de 1918, un barco llegó a la isla con pasajeros infectados de gripe española y acabó con la vida de uno de cada cuatro samoanos.
diciembre 2021 |