Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
DISCOS 

GRABACIONES HISTÓRICAS DEL MET EN GUILD

Richard Caniell lleva cincuenta años buscando las mejores fuentes sonoras disponibles de las retransmisiones radiofónicas de funciones operísticas del MET, de los conciertos de Arturo Toscanini con su orquesta de la NBC, así como grabaciones históricas procedentes de teatros de ópera europeos. Fundó en British Columbia (Canadá) la Immortal Performances Recorded Music Society (IPRMS), organización no lucrativa dedicada al archivo y restauración de grabaciones históricas. En 1983 recibió permiso de la National Broadcasting Corporation (NBC) para acceder a sus archivos, obteniendo copias de primera generación de grabaciones allí conservadas. Asimismo ha tenido acceso a copias en poder de artistas que participaron en aquellas históricas veladas y ha rastreado colecciones privadas. Durante años, las cuidadas restauraciones de Caniell estuvieron sólo al alcance de los socios de la IPRMS, hasta que comenzaron a ser difundidas más ampliamente a través del sello Naxos, en sus series Immortal Performances y Toscanini Broadcast Legacy, merced a un acuerdo alcanzado con la IPRMS. Tras la ruptura con Naxos debido a los retoques a que sometieron algunas de las restauraciones salidas de la IPMRS (ver mi artículo de Marzo de 2001), Caniell ha llegado a un nuevo acuerdo con Guild, sello británico radicado en Suiza y con domicilio fiscal en Jersey, una de las islas del Canal de la Mancha.

La serie Guild Historical ha arrancado en 2002 con un puñado de registros (ver catálogo en www.guildmusic.com), algunos ya conocidos, de los que aquí se comentan los primeros tres lanzamientos wagnerianos, a los que seguirán otros de la que con toda justicia se ha llamado Edad de Oro del canto wagneriano. Toda la serie (de precio bastante económico) se caracteriza por el excelente sonido, la mayoría de las veces superior al de previas apariciones en CD, así como por las modélicas carpetillas, con biografías y fotos de los cantantes y de las representaciones, magníficas notas, extensas y entusiastas, de Richard Caniell (la carpetilla de La Walkyria tiene 50 páginas) sobre la obra y sus representaciones en el viejo MET, la fuente sonora y la restauración, incluyendo datos técnicos sobre el equipo empleado. El sello Guild será distribuido en España por Diverdi.

Demos pues la bienvenida a la nueva serie Guild Historical, que parece decidida a establecer un nuevo estándar de calidad en el campo de las grabaciones históricas. Esperemos que pronto crezca su catálogo y las gemas que atesora la IPRMS alcancen la difusión que merecen en estas ediciones prácticamente definitivas, por lo honesto y profesional del trabajo de restauración y la abundante documentación aportada.


RESTAURACIÓN Y RECREACIÓN

 

 

 

La Walkyria.

Lauritz Melchior (Siegmund), Lotte Lehmann (Sieglinde), Emanuel List (Hunding), Friedrich Schorr (Wotan), Kirsten Flagstad (Brünnhilde), Karin Branzell (Fricka), Thelma Votipka (Gerhilde), Maxine Stellmann (Waltraute), Doris Doe (Schwertleite), Irene Jessner (Ortlinde), Dorothy Manski (Helmwige), Helen Olheim (Siegrune), Lucielle Browning (Roßweise), Winifred Heidt (Grimgerde). Orquesta de la Metropolitan Opera House. Dirección musical: Erich Leinsdorf.

Composición realizada mezclando las funciones del 17 de Febrero de 1940 en la Metropolitan Opera House de Nueva York y del 30 de Marzo de 1940 en la Boston Opera.

3 CDs Guild GHCD 2215/7 (Sin libreto, pero incluye 52 páginas en inglés con notas, biografías, fotos y sinopsis argumental)

En los años 30, Melchior, Lehmann, Flagstad y Schorr eran los máximos exponentes de los papeles de Siegmund, Sieglinde, Brünnhilde y Wotan, respectivamente. Lamentablemente este equipo nunca coincidió en una matinée de sábado  retransmitida por radio (1), y no se conserva… conservaba ninguna grabación completa de la Primera Jornada con estos intérpretes juntos. Richard Caniell tuvo la ocurrencia de “recrear” aquellas veladas no preservadas recurriendo a la imaginación y al empleo juicioso de los medios técnicos a su alcance.

En 1940 se retransmitieron dos funciones de La Walkyria, con la Orquesta del Metropolitan de Nueva York bajo la dirección de Erich Leinsdorf:

- 17 de Febrero (2) desde Nueva York, con Lauritz Melchior (Siegmund), Marjorie Lawrence (Sieglinde), Emanuel List (Hunding), Julius Huehn (Wotan), Kirsten Flagstad (Brünnhilde), Karin Branzell (Fricka), Thelma Votipka (Gerhilde), Doris Doe (Waltraute), Anna Kaskas (Schwertleite), Maxine Stellman (Ortlinde), Dorothy Manski (Helmwige), Helen Olheim (Siegrune), Lucielle Browning (Roßweise), Irra Petina (Grimgerde).

- 30 de Marzo desde Boston (compañía del MET en gira), con Lauritz Melchior (Siegmund), Lotte Lehmann (Sieglinde), Emanuel List (Hunding), Friedrich Schorr (Wotan), Marjorie Lawrence (Brünnhilde), Kerstin Thorborg (Fricka), Thelma Votipka (Gerhilde), Maxine Stellmann (Waltraute), Doris Doe (Schwertleite), Irene Jessner (Ortlinde), Dorothy Manski (Helmwige), Helen Olheim (Siegrune), Lucielle Browning (Roßweise), Winifred Heidt (Grimgerde).

Ambas retransmisiones se conservan íntegras y han sido editadas en CD (3) con buen sonido. En Boston sólo faltó Flagstad para completar el cuarteto, mientras que en Nueva York (4) Marjorie Lawrence (Brünnhilde en Boston) fue Sieglinde y Julius Huehn fue un Wotan juvenil (tenía 31 años, 35 según la fuente consultada), arrollador, de voz imponente, algo menos matizado que el gran Schorr y con inferior técnica. Como se trataba de la misma orquesta y director, y los cantantes de ambas funciones estaban acostumbrados a actuar juntos, globalmente no hay diferencias de tempo y estilo. La tentación de fundir ambos registros era grande. Además de la tarea minuciosa de cortar y empalmar había que jugar con la ecualización para aproximar el espectro sonoro de las dos grabaciones, pues las acústicas de Boston y Nueva York eran distintas. La tarea fue compleja: el Primer Acto no ofrecía problemas, pues es el registrado en Boston, pero hicieron falta 47 horas de trabajo hasta tener listo el Segundo Acto y 36 para el Tercero. Además se han mantenido los escuetos y descriptivos comentarios radiofónicos de Milton Cross, convenientemente editados y mezclados.

 


Lotte Lehmann - Heraus aus der Scheide zu mir! - Kirsten Flagstad

Lo que comenzó siendo un experimento se ofreció a los socios de la IPRMS dentro de una serie, The Opera House of our dreams, que incluía otras ingeniosas recreaciones de este estilo, y que tuvo buena acogida. Ahora esta Walkyria de autor aparece en Guild Historical como parte de un Anillo completo, del que ya se han editado también un Sigfrido  (ver más abajo) y, en el momento de redactar estas líneas, un Oro del Rin, ambos dirigidos por Artur Bodanzky en 1937 (5). Dejando a un lado los prejuicios que uno pueda tener ante este tipo de manipulaciones (a la orden del día en prácticamente TODAS las grabaciones modernas), y que se disipan cuando uno escucha los sorprendentes resultados, el único punto que encuentro discutible es la elección de Karin Branzell como Fricka, teniendo a la muy superior Kerstin Thorborg (posiblemente la mejor Fricka y Brangäne de la historia) en la función del 30 de Marzo. A mi modo de ver, Thorborg habría elevado el nivel del Segundo Acto (Branzell es una excelente Fricka en cualquier caso) y disminuido considerablemente el trabajo de composición, pues sólo habría que haber mezclado las escenas de Wotan con Brünnhilde. Sin embargo la elección obedece a criterios de homogeneidad de reparto, pues Karin Branzell es Fricka en el Oro del Rin de 1937 que forma parte de este Anillo de autor. A Thorborg se la podrá escuchar como Erda tanto en el Oro como en Sigfrido.

Lo primero que llama la atención de esta Walkyria es el excelente sonido general (más natural que en la edición Myto de la función del 30 de Marzo), limpio, con sólo algunos pasajes aislados con niveles elevados de ruido de fondo. El rango dinámico es impresionante. Como muestra escúchese a partir de 0’43’’ en el Preludio. Los empalmes entre fragmentos de las dos funciones empleadas en la composición son generalmente suaves (por ejemplo, en CD 1, pista 14, 2’15’’, después del verso de Wotan “reite zur Wal!”; pista 15, 0’22’’), prácticamente con el mismo sonido ambiental. Ocasionalmente hay alguna transición algo brusca (CD 1, pista 15, 2’03’’; pista 16, 6’15’’; CD 2, pista 3, 5’36’’).

Karin Branzell

El infravalorado Erich Leinsdorf (1912-1993) dirige con algo más que mera competencia, demostrando un notable conocimiento de la partitura y del estilo a sus 28 años. Me pregunto si hay alguien hoy día que a esa edad pueda hacerlo la mitad de bien en un foso, en presencia de semejantes monstruos del canto. Los tempi son vivos, acompaña bien a las voces,  a las que sigue disciplinadamente, atento a los ocasionales despistes de los cantantes, a su respiración. Nótese el imponente crescendo en “O heilige Schmach!” (CD 2, pista 2, 1’03’’ a 1’51’’). En los pasajes orquestales deja volar a la orquesta y se muestra bastante inspirado, como por ejemplo en el interludio de la Tercera Escena del Tercer Acto, justo antes de “Der Augen leuchtendes Paar” (CD 3, pista 9, de 2’40’’ a 4’46’’).

Melchior y Lehmann son una pareja de wälsungos para la historia (6). Lotte Lehmann (1888-1976) había pasado ya su etapa de mayor esplendor, pero a sus 52 años (en las notas se da erróneamente 1885 como fecha de nacimiento de la Lehmann) disfrutaba un ocaso dorado. Tiene algunos problemas en el registro grave, como se aprecia al comienzo de “Der Männer Sippe” (CD 1, pista 10), pero salvo en momentos aislados,   la voz es sencillamente gloriosa, con una frescura e ímpetu juveniles, y la cantante está completamente entregada (“Du bist der Lenz”, CD 1, pista 11, 2’40’’). La caracterización del personaje es incomparable. Escúchese por ejemplo desde “War Wälse dein Vater” hasta “Siegmund—so nenn ich dich!” (CD 1, pista 12, de 0’48’’ a 0’59’’), la Tercera Escena del Segundo Acto, en la que la locura, el aturdimiento, afloran en la voz de Lehmann (CD 2, pista 6, 3’32’’, desde “Wo bist du—Siegmund?” hasta 5’12’’) o el “duelo vocal” del Tercer Acto con Kirsten Flagstad (CD 3, pista 4), posible gracias a la técnica, y en el que Lehmann está arrebatadora.

“Con Melchior, pasan los años y los discos siguen mostrándole como el más grande cantante del siglo en su especialidad. Es probable que aún hoy día no nos hayamos dado plena cuenta de lo extraordinario que era. […] Sin él tendríamos una noción muy limitada de lo bien que pueden sonar los papeles de tenor que escribió Wagner”

                                                                                                            John B. Steane

                                                                                                            The Grand Tradition

Lauritz Melchior (1890-1973) es indiscutible como Siegmund, Siegfried, Tristan o Tannhäuser. Poco importan sus puntuales problemas de ritmo (“Dich selige Frau…”, CD 1, pista 10, 3’44’’; “Siegmund, den Wälsung…”, pista 11, 2’19’’). Sus dos “Wälse!” (CD 1, pista 9, 1’55’’), de 16’’ el primero y 12’’ el segundo, de Guiness, son sólo una anécdota, porque el mejor heldentenor de la historia no se queda en el alarde circense. Melchior fue un artista que actuaba con la voz. Prácticamente todas sus frases son un festín vocal. Era capaz de reflejar infinitos matices (“Nun weißt du, fragende Frau, / warum ich Friedmund—nicht heiße!”, CD 1, pista 7, 4’13’’), de proyectarla torrencialmente (ese “Wälsungenblut!” que cierra el Primer Acto) o recogerla para emitirla en un hilo perfectamente controlado y uniforme (“Schwester! Geliebte!” CD 2, pista 6, 5’13’’).

Friedrich Schorr como Wotan

En 1940, Friedrich Schorr (1888-1953) ya estaba en declive. Llevaba 28 años cantando el Wotan de La Walkyria, siendo su intérprete más respetado y aclamado en todo el mundo (7). La voz, que manejada con una técnica prodigiosa iluminaba todos los recodos de la compleja personalidad de Wotan, conservaba su proverbial nobleza. El legato y el dominio de la mezza-voce son difícilmente parangonables. El Wotan de Schorr estaba imbuido de una humanidad que quizá sólo se encuentre después de él en Hotter. Pese a la cortedad del registro agudo y algún sonido fijo, ofrece momentos que justifican su fama como uno de los más grandes bajo-barítonos de la historia. Nótese su progresión dramática en “O heilige Schmach!” (CD 2, pista 2, 1’03’’ a 1’51’’). Los versos “Schüfe die Tat, / die ich scheuen muß (p), / die nie mein Rat ihm riet, / wünscht sie auch einzig mein Wunsch!” (CD 2, pista 4, 2’30’’), son un compendio de las virtudes de Schorr: préstese atención al uso de la media voz en los dos primeros y a cómo apiana sobre “scheuen muß”, al noble timbre y al legato en los dos últimos versos. Puntualmente hay algún detalle no muy del gusto actual, como ese fraseo rápido, enfático en los finales de verso, con acompañamiento de golpes de lanza contra el suelo, como en “Keine wie sie / kannte mein innerstes Sinnen; / keine wie sie / wußte den Quell meines Willens” (CD 3, pista 4, 7’15’’). En los adioses Schorr imparte una lección de canto; es toda una exhibición de canto legato y variedad expresiva. Escúchense por ejemplo los versos “Denn so kehrt / der Gott sich dir ab (p), / so (p) küßt er die Gott(<)heit(>) von dir!” (CD 3, pista 9, 7’59’’).

“¿Hay algo más noble en toda la ópera que el sonido de la voz de Flagstad fundido con las trompas de la orquesta wagneriana cuando Brünnhilde comunica a Siegmund su destino?”                   

                                                                                    Paul Jackson

                                                                                    Saturday Afternoons at the old Met

Kirsten Flagstad (1895-1962) se encontraba, a sus 45 años, en el cenit de su carrera. Oyéndola en sus primeras frases en la Segunda Escena del Segundo Acto o de la Tercera Escena del Tercero se reconoce el modelo de Astrid Varnay, que tenía a la Flagstad por su ídolo (8). Con permiso de Martha Mödl, Flagstad, Varnay y Nilsson constituyen la terna suprema en el Olimpo de las sopranos wagnerianas. La voz de la noruega, bellísima, de cálido timbre e inmenso volumen, con un metal poderoso pero nunca estridente, agudos radiantes (aquí todavía no los escamoteaba) y graves perfectamente apoyados y aterciopelados, poseía un aura única. La suya era una Brünnhilde antes semidiosa que mujer mortal, poco dada a excesos dramáticos que comprometieran la línea de canto. Pero esto no quiere decir que Flagstad fuera una cantante gélida y poco expresiva. La entrada de Brünnhilde en la Escena del Anuncio de la Muerte (“Siegmund! Sieh’ auf mich!”, CD 2, pista 7, 1’53’’) pocas veces ha sido tan solemne. En “Halt ein, Wälsung! Höre mein Wort!” (CD 2, pista 8, 5’32’’) comienza a derretirse el hielo. En su intervención “Fort denn eile, nach Osten gewandt” (CD 3, pista 4, 2’57’’), en su escena con Sieglinde, ya se ha fundido totalmente. La Tercera Escena del Tercer Acto (CD 3, pista 6 en adelante) es extraordinaria: salen a la luz múltiples facetas de la personalidad de la favorita de Wotan; la progresión es continua e imparable, desde la timidez inicial a las encendidas frases finales.

Emanuel List (1888-1967) es un Hunding solvente, que suple la falta de oscuridad de su voz con un fraseo inteligente, que consigue dotar al personaje con una modesta dosis de tenebrosidad, no del todo convincente, y que nos hace añorar a Kipnis (debutó el papel en el MET al año siguiente) o Greindl. Karin Branzell (1891-1974) es una Fricka pasional, emotiva, a la que falta grandeza, altivez. Parece implorar a Wotan, en la línea de Brünnhilde en la Escena Tercera del Tercer Acto, en vez de exigirle.


Parsifal (Acto II).

Lauritz Melchior (Parsifal), Kirsten Flagstad (Kundry), Arnold Gabor (Klingsor), Susanne Fischer, Irra Petina, Helen Olheim, Hilda Burke, Thelma Votipka, Doris Doe (Blumenmädchen). Orquesta de la Metropolitan Opera House. Dirección musical: Erich Leinsdorf.

Metropolitan Opera House, Nueva York, 15 de Abril (Viernes Santo) de 1938.

1 CD Guild GHCD 2201 (Sin libreto, 20 páginas en inglés con notas, biografías y fotos)

 

La joya de esta primera entrega wagneriana de Guild es el Segundo Acto completo del Parsifal representado en el MET el 15 de Abril de 1938, día de Viernes Santo, y premero en ser transmitido por radio a todos los EE.UU. Lamentablemente en los archivos de la NBC no se conservó la grabación del acontecimiento. Flagstad y Melchior grabaron la escena Kundry-Parsifal para RCA Victor en 1940 (9), y durante muchos años éste fue el único testimonio de las excelencias de la pareja en el festival escénico sacro, que recibieron unánimes alabanzas por parte de la crítica en sus apariciones en el MET. En 1969 Eduard J. Smith editó el Parsifal del Viernes Santo de 1938 en 4 LPs (EJS 484) de sonido lamentable, con cortes cada siete minutos (la duración de cada cara de los discos en que se grabó originalmente), a partir de acetatos muy deteriorados por el uso grabados directamente de la radio por un coleccionista. Los LPs de EJS fueron la fuente de la edición en CD del sello Myto (982.H013). Entre 1938 y 1952 no hubo retransmisiones de Parsifal, y eso que sólo entre 1942 y 1947 se dio 21 veces en el MET, así es que esto era todo lo que había en lo que se refiere a registros en vivo.

A mediados de los 90 se encontraron en California, en la colección privada de un admirador de Kirsten Flagstad que encargó a un servicio profesional neoyorkino que le grabara algunas actuaciones de la soprano noruega, 16 discos de aluminio que recogían el Segundo Acto del Parsifal de 1938. Esta es la fuente utilizada en esta edición del sello Guild. Una vez restaurado, el sonido de esta nueva fuente es de lo mejor que se conoce de los años 30 del MET, e infinitamente superior a la inaudible edición Myto. Hay un constante ruido de fondo de intensidad uniforme, al que pronto se acostumbra uno. Orquesta y voces, especialmente estas últimas, se escuchan con nitidez y presencia.

Hay confusión acerca del director. En la Semana Santa de 1938 hubo dos funciones de Parsifal en el MET, una el Miércoles 13 de Abril y otra el Viernes 15. Por consejo médico Artur Bodanzky cedió la batuta al recién contratado Erich Leinsdorf en la primera representación, resérvandose para poder dirigir su obra favorita el Viernes Santo. Algunas fuentes indican que durante el Primer Acto Bodanzky sufrió un amago de infarto de miocardio, dirigiendo Leinsdorf el Segundo Acto. Según estas fuentes, Bodanzky se recuperó lo suficiente para bajar de nuevo al foso en el Tercero. En su autobiografía (10), Leinsdorf señala que el Viernes Santo Bodanzky pudo dirigir, y no menciona la repentina sustitución en el Segundo Acto. Leinsdorf o Bodanzky, la dirección es vital y muy teatral. El breve preludio es agitado, urgente. El acto completo le lleva aproximadamente una hora, como a Clemens Krauss en Bayreuth 1953.

Lauritz Melchior como Parsifal en Bayreuth 1924

Arnold Gabor (1880-1950), baritono comprimario del MET, retirado en 1941, era habitual como Melot (Tristan e Isolda), Heraldo (Lohengrin), Sereno (Maestros Cantores), Notario (Rosenkavalier), Morales (Carmen), etc. Aquí es  Klingsor, papel que las dos temporadas anteriores encarnó el gran Eduard Habich. Gabor no hace personaje, pero desde un punto estrictamente vocal resulta más que correcto, y frasea con intención.

Sorprende Flagstad en un papel con el que normalmente no se la asocia y que llevó a la escena en 38 ocasiones. Ya desde su entrada en “Parsifal! Weile!” (pista 5) la voz, flexible, diamantina, de una consistencia y poder de penetración inigualables, es susurrante, seductora. En “Hier weile! Parsifal!” (pista 5, 0’42’’), la palabra “Hier” es una orden sinuosa, acariciante. En “Ich sah das Kind” (pista 7) se aprecian claramente la pureza de voz, el control de emisión y el legato de Flagstad. A su lado Melchior encarna el ideal de Parsifal: por la belleza de su timbre, la potencia de una voz infatigable, manejada con sutileza y una habilidad camaleónica para pintar emociones, estados de ánimo, con ese privilegiado instrumento. En “Nie sah ich…” (pista 6, 2’06’’) es un joven atolondrado. Conecta con la realidad en “Wehe! Wehe!…” (pista 8), y el oyente se duele con él por la muerte de la madre. Nótese cómo, después de soltar la voz en un “deiner, deiner vergessend?” (p8, 0’44’’) que casi no cabe en el disco, la recoge delicadamente en la frase siguiente, “Traute, teuerste Mutter!”. Para terminar esta breve relación de maravillas canoras, el ejemplo que a mí más me ha impresionado, esas llamadas desesperadas al final del “Amfortas, die Wunde!” (p.9): “Erlöser! Heiland! Herr der Huld!” (4’41’’), seguidas de un “Wie büß ich Sünder meine Schuld?” conmovedor. Aunque incompleto, este solitario documento refuerza la creencia de que Flagstad y Melchior fueron una de las más grandes parejas Kundry-Parsifal que jamás ha pisado un escenario.

En la ficha que encabeza este comentario menciono, a título informativo, los nombres de las Muchachas Flor, que no figuran en la carpetilla del disco ni en las notas. Su participación es completamente olvidable.

EL MISTERIO DEL “BONUS”

Como complemento se incluyen poco más de 14 minutos del final de un Tercer Acto (desde  “Ja, Wehe! Weh’ über mich!” de Amfortas), de sonido bastante aceptable, con Lauritz Melchior en el papel de Parsifal y Herbert Janssen como Amfortas, “Coro y Orquesta” (al Coro quizá sea mejor ni nombrarlo), según las notas del disco “en conmemoración de la última función de Parsifal de Melchior, que cantó en el MET el 23 de Marzo de 1948 con Herbert Janssen.” En las notas se indica tan sólo que el fragmento completo, de 22 minutos de duración, se incluirá en un próximo CD dedicado a Janssen, y que el “Nur eine Waffe taugt” (pista 13, 6’17’’) de Parsifal en este bonus se ha tomado de la (segunda) grabación de estudio que Melchior realizó del fragmento en 1938 para Victor (11), que al fin “es situada en un verdadero contexto musical y dramático.”

La función metropolitana de 1948 no fue retransmitida, así que la parte de Janssen (básicamente el “Mein Vater!”) debe provenir de otra toma en vivo (porque es en vivo). Dado que Janssen está bien de voz en este fragmento, la toma debe ser anterior a 1940. Para conseguir un buen empalme con el “Nur eine Waffe taugt” (12), el “Mein Vater!” es probable que haya salido de alguna grabación coetánea, con sonido no muy diferente al de la grabación Victor de 1938 o adecuadamente maquillado. A la espera de que en el prometido CD de Janssen se aclare cómo se ha pergeñado la ñapa, yo apuesto por una toma fragmentaria del Covent Garden de 1937, con dirección de Fritz Reiner, registrada por HMV.

Curiosidades aparte, el complemento tiene su interés. Janssen es un Amfortas nobilísimo, sufriente sin caer en excesos melodramáticos y fraseo elegante (“Mein Vater! Dich (p <) —ruf’ ich (>), / rufe du ihm es zu”, 4’13’’). “Junto a él”, un Melchior pletórico (“Enhüllet den Gral, öffnet den Schrein (< >)!”, 9’25’’).


Sigfrido

Lauritz Melchior (Siegfried), Kirsten Flagstad (Brünnhilde), Friedrich Schorr (Wanderer), Kerstin Thorborg (Erda), Karl Laufkötter (Mime), Eduard Habich (Alberich), Emanuel List (Fafner), Stella Andreva (Stimme des Waldvogels). Orquesta de la Metropolitan Opera House. Dirección musical: Artur Bodanzky.

Metropolitan Opera House, Nueva York, 30 de Enero de 1937.

3 CDs GHCD 2207/9 (Sin libreto, 32 páginas en inglés con notas, biografías, fotos y sinopsis argumental)

 

En Marzo de 2001 dediqué la sección a este mismo Sigfrido, con motivos de su edición en el sello pirata Archipel. No hace mucho ha aparecido también en Naxos, con restauración de Ward Marston, nombre bien conocido entre los aficionados a las grabaciones históricas. Es curioso que hace un tiempo el único Sigfrido “completo” de Melchior era poco menos que inencontrable, pues la edición Music & Arts (CD-696(3)), única en CD, apenas tuvo difusión en España. Ahora disponemos de tres ediciones en el mercado. Para no repetirme y alargar aún más lo que ya está resultando muy largo, a aquel artículo de hace año y medio remito a los interesados en una valoración artística de este Sigfrido esencial.

No he realizado una comparación exhaustiva entre las tres ediciones disponibles en CD para sacar conclusiones sólidas sobre el sonido, terreno bastante escurridizo y subjetivo. Mi primera impresión, a partir de un rápido muestreo, es que el sonido de Archipel y Naxos es ligeramente más natural que el de Guild, más “enfocado”, abierto y brillante. Archipel tiene más ruido de fondo, pero el nivel se tolera sin dificultad. Marston para Naxos ha conseguido disminuir el ruido sin afectar a voces y orquesta. Sin embargo, en Archipel y Naxos las voces resultan favorecidas, con un sonido orquestal algo tímido. En Guild, por el encontrario, el balance parece más compensado. En cuanto a la presentación del producto, Guild no tiene rival. Todo esto, insisto, es una valoración personal, no definitiva y basada en un examen somero.

 

Notas

(1) Sí lo hicieron en otras funciones. Coincidieron también el 13 de Noviembre de 1936 en la Ópera de San Francisco, bajo la batuta de Fritz Reiner. Se conserva una grabación con sonido regular del Segundo Acto, único retransmitido (Legato LCD 133-1, Music & Arts CD-1048). Será editado próximamente por Guild con mejor sonido, COMPLETO e incluyendo los comentarios radiofónicos previos de la escritora Marcia Davenport, hija de la soprano Alma Gluck e hijastra del violinista Efren Zimbalist. En la transmisión original, sobre las palabras de Wotan “Geh’ hin, Knecht!”, la voz de Davenport anuncia que deben cortar la transmisión. Ya en la edición Legato se había “pegado” el final acudiendo a otra fuente, aunque no se indica en las notas.
(2) En la carpetilla se indica erróneamente 19 de Febrero.
(3) La del 17 de Febrero apareció en Walhall (WHL 14); la del 30 de Marzo en Walhall (WHL 1) y Myto (992.H027).
(4) La Walkyria del 17 de Febrero de 1940 fue la primera que se retransmitió íntegra, sin cortes, desde el MET. Anteriormente, con Artur Bodanzky al frente del repertorio alemán, las obras eran aligeradas (véase el Sigfrido de 1937 comentado en este mismo artículo). Al año siguiente, quizá para no cansar en exceso a un declinante Schorr, la Walkyria volvió a darse con el tradicional corte en el Segundo Acto (ver mi artículo de Abril de 2001).
(5) Este Oro, con Friedrich Schorr, Julius Huehn, Eduard Habich y Karin Branzell, entre otros, grabado en Boston el 3 de Abril de 1937, ha aparecido previamente en Walhall (WHL 4) y en Naxos (8.110047-8). La edición Naxos recoge la restauración original de Caniell, pero Guild ofrece el aliciente de un nuevo trabajo del gabinete del Dr. Caniell: se ha sustituido a Doris Doe en el papel de Erda por Kerstin Thorborg.
(6) Es interesante comparar sus prestaciones aquí con el Primer Acto que grabaron para HMV en 1935 con Emanuel List (Hunding),  Bruno Walter y la Filarmónica de Viena (EMI CDH 761 020-2, Danacord DACO 317-318). Los ligeros problemas de Lehmann son inexistentes en este registro de cinco años antes. Sin embargo, en la grabación de estudio Lehmann se muestra más contenida que en vivo.
(7) Al comienzo del Segundo Acto (CD 1, pista 14, 1’46’’) se escuchan aplausos del público, seguramente en respuesta a la aparición de Schorr al levantarse el telón tras el Preludio.
(8) En el artículo de Enero 2001 de la sección Intérpretes puede verse una foto de Varnay en su camerino, después de su debut como Sieglinde: sobre el tocador, dos fotos de Kirsten Flagstad.
(9) Hay varias ediciones en CD: RCA GD 87915, Pearl GEMM CD 9190, Naxos 8.110723.
(10) Cadenza--A Musical Career,  Houghton Mifflin Company, Boston, 1976.
(11) La grabación se efectuó el 17 de Abril de 1938, con Eugene Ormandy al frente de la Philadelphia Orchestra. Fue publicada en los álbumes Victor M516 y HMV DB 3664. Hay edición en CD, en RCA GD 87914.
(12) Con cascos y oído atento puede apreciarse en 6’13’’, aunque está muy bien hecho. Hay otro en 9’56’’, para “pegarle” el final, pues después desde la última palabra de Parsifal  hasta la conclusión de la obra, pues aún restan unos cuatro minutos de música y el Coro final, no en la grabación Victor.