El
4 de abril de 1866 Wagner y Cosima llegaron a Lucerna,
donde alquilaron la villa Tribschen, a orillas del
lago de los Cuatro Cantones y al pie del monte Rigi.
Wagner se encontraba en su segundo exilio. Cinco meses
antes, Luis II había invitado al músico
a abandonar Baviera. El joven monarca se vio presionado
por el gobierno a elegir entre su pueblo o el músico
sajón.
La relación entre el monarca y el maestro había
empezado el 4 de mayo de 1864, fecha de su primer
encuentro. Desde entonces, el rey se había
convertido en su mecenas: cancelando deudas, dándole
alojamiento... permitiendo la creación del
artista sin preocupaciones materiales.
Aunque marchó solo, Cosima se junto con él
meses semanas después en Ginebra.
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