El
27 de septiembre de 1864 Richard Wagner inicia de
nuevo la copia en limpio de la partitura del primer
acto de Sigfrido, abandonada durante años al
dedicarse el músico a la composición
de Tristan e Isolda. El día anterior, el músico
había escrito a Luis II de Baviera que "emprendo
inmediatamente la terminación de la gran obra
de nibelungos"
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