El
13 de febrero de 1883 Richard Wagner desayuno con
su esposa Cosima, con quien mantuvo una discusión
acerca de una joven soprano por la que, al parecer,
el músico aún tenía alguna esperanza.
El músico se había levantado algo tarde,
cansado tras la larga noche anterior, en la que había
despedido a su amigo Levi, de visita en Venecia, tocando
al piano fragmentos de El Oro del Rin.
Wagner se retiró a su habitación a trabajar
en el que sería su último e inacabado
ensayo, dando orden para no ser molestado. A la hora
de la comida, la doncella avisó de un nuevo
ataque al corazón del músico, que había
preguntado por su mujer y su doctor. Éste,
Friedrich Keppler, no pudo más que certificar
el fallecimiento del compositor a las tres de la tarde.
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