El
día 25 de junio de 1855, Richard Wagner terminó
la temporada de conciertos en Londres, a donde fue
invitado en marzo de 1855 por la Sociedad Filarmónica.
La fama del exiliado empezaba a traspasar las fronteras
centroeuropeas. Dirigió en la capital inglesa
un total de ocho conciertos. Al séptimo, asistieron
la Reina Victoria y su consorte Alberto, que recibieron
al músico en el palco. Wagner volvió
a encontrarse allí con Berlioz y con Meyerbeer,
así como el arquitecto Gottfried Semper, viejo
amigo de su época de Dresde.
Los conciertos le produjeron al músico alemán
el escaso beneficio de 1.000 francos.
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