El
20 de abril de 1877, Richard Wagner lee a su esposa
Cosima el poema definitivo de la que sería
su última ópera, Parsifal.
El primer esbozo en prosa lo había terminado
el músico en 1865, y tenía como destinatario
el mecenas del maestro, Luis II de Baviera.
No obstante, el tema quedo apartado ya que el músico
se encontraba entregado a su faraónica obra
El Anillo del Nibelungo.
Wagner había leido ya en 1845 en Marienbad
el "Parzival y Titurel" de Wolfram von Eschenbach.
En 1857, en El Asilo, escribió lo que hoy se
conoce como el Encantamiento del Viernes Santo. Incluso
pensó en presentar al personaje en Tristán
e Isolda, en una aparición ante el moribundo
protagonista en el tercer acto.
La obra fue estrenada en Bayreuth, teatro para el
que fue pensado, el 26 de julio de 1882.
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