El
18 de febrero de 1883 toman sepultura en Wahnfried,
Bayreuth, los restos mortales de Richard Wagner, con
todos los honores y con la presencia de ilustres personalidades
de la época. Su cuerpo fue enterrado en una
fosa sin inscripción alguna donde en 1930 sería
enterrada Cosima.
El músico había fallecido cinco días
antes, el día 13, de un ataque al corazón.
Wagner se había retirado a su habitación
a trabajar en el que sería su último
e inacabado ensayo, dando orden para no ser molestado.
A la hora de la comida, la doncella avisó de
un nuevo ataque al corazón del músico,
que había preguntado por su mujer y su doctor.
Éste, Friedrich Keppler, no pudo más
que certificar el fallecimiento del compositor a las
tres de la tarde.
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