El
27 de mayo de 1854, tras unos exitosos conciertos
en Zurich dirigidos por Richard Wagner con sus obras,
la Züricher Freitagszeitun escribía: "El
cantón de Zurich nunca tendrá que avergonzarse
de haber concedido asilo a este refugiado; aquí
se le debería dar una nueva patria. Un ciudadano
honorario semejante sería un ciudadano honorario
en el más puro sentido de la palabra"
|