El
21 de febrero de 1862, Richard Wagner recibe en su
casa de Biebrich la inesperada visita de su esposa
Minna Planer. Tras las reiteradas discusiones con
su marido, acabó marchándose el 3 de
marzo siguiente.
Minna había acudido para ayudar a su marido
en la instalación en su nueva vivienda en la
casa del arquitecto Frickhöfer, a la que había
llegado una semana antes.
Wagner había llegado a la ciudad dos semanas
antes para estar cerca de la editorial Schott de Maguncia
y, de esta manera, controlar de una forma óptima
sus más recientes obras.
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